Poema de Leopoldo María Panero:
Las palabras atadas a la espuma de los días
No componen un rostro
Y el camarero sonrió
Mientras caía ceniza sobre el Vino
Y las palabras deshacían mi rostro
Mutilando a la tarde y al sueño
Con la espina "que no existe"
" Ah la bandera, la bandera de la carne que sangra
Y las flores del Ártico que no existen"
( Rimbaud citado por Beckett)
Reacción casi mimética de Jorge Arbenz:
La vida viene
a mi vida
resuelta risueña
con la mirada alegre y turbia
como una cuchilla que pase
entre mis manos
cubiertas por el semen
el rocío o el vino
la vida viene
a mi vida
para mutilarla
durante el sueño
y que yo la vea así perdida