lunes, 30 de julio de 2012

Cuando teníamos dieciocho años - Jorge Arbenz

La noche se me antojaba, siempre,
dulce y breve.

Breve como un relámpago que
precedía al día holgazán, abandonado,
dejado a la indolencia del verano.
Las cenas de pescado, la fruta fresca, el vino blanco, tu
vestido blanco, 
la terraza de Alberto,

que siempre buscaba tu compañía y
( te) escribía versos en las paredes blancas de
su casa.

Así era aquel tiempo: poesía, vino, fruta, relámpagos;
nuestros cuerpos delgados y flexibles.
Jóvenes.
Cuando teníamos, apenas,
dieciocho años...