Leo en un periódico que la bella novia del futbolista Cristiano Ronaldo, Irina Shayk, ha posado desnuda por " una causa medioambiental"; dejando de lado la redacción del enunciado, que parece indicar que la señora Shayk aumenta la deforestación del Amazonas cuando va vestida, o algo parecido, quisiera señalar dos cosas: la primera es que la señora Shayk es muy bella y, contemplar su cuerpo desnudo, es motivo de alegría para cualquier amante del canon de belleza occidental; pero, en segundo lugar, sigo sin entender la eficacia de estas campañas en favor de las más justas y diversas causas que podamos urdir en nuestra imaginación.
Mi clara impresión es que la bondad de la causa solo busca mostrar un cuerpo que aceptamos como bello, o muy bello, de acuerdo al patrón cultural dominante en nuestra sociedad. Resulta evidente que si fuera la justa causa el verdadero objeto de la campaña, también participarían en ella los voluntariosos y laxos cuerpos del común de los ciudadanos; el mío con su cultivada barriguita, sin ir más lejos. Lo digo para que nadie se sienta forzado a nada, no porque me tenga por paradigma de las estéticas alternativas, no se vayan a creer ustedes.
Dicho todo esto, me quedan las preguntas del siglo: ¿ Por qué seguimos actuando como si, realmente, el altruismo moviera a los protagonistas de estas campañas? ¿ Por qué se les da espacio en los medios de comunicación pretendidamente serios? ¿ Por qué no podemos contemplar un cuerpo que se nos antoje bello, sin más?
En fin, ahí lo dejo.