El mayor de los problemas de la literatura en España, no es la falta de autores con talento, para disgusto del ministro de Hacienda: el mayor problema es que el número de españoles que se hacen adultos, creyendo que los libros muerden y/o provocan impotencia, aumenta sin cesar. Y cuando la gente cree que algo muerde y/o provoca impotencia, tiende a alejarlo de su vida.
Esta convicción arraigada, provoca que florezcan experiencias traumáticas, como escuchar la despreocupada confesión de un político "progre", sobre los libros que ha leído tras finalizar sus estudios de bachiller, hace más de treinta años: ninguno. Al fin y al cabo en la carrera se estudia con apuntes...de los demás.
Uno puede pensar que no tiene que ver una cosa con otra; al fin y al cabo, Evo Morales ha confesado reiteradamente que no le gusta leer, aunque eso no le ha impedido convertirse en impulsor de un ambicioso plan para la construcción de escuelas y bibliotecas en su país. Si todo acabara aquí no sería tan grave, después de todo.