Que digo que se ha muerto el señor cura, el que trajeron de África porque estaba más pa'llá que pa'quí. Me parece que lo trajeron porque los que mandan decían que era de los suyos, no como las negras esas que también querían venir. Aunque dice el señor ministro que igual era verdad que el señor cura no tenía ninguna posibilidad, pero que todo está en manos de Dios; será del suyo supongo, que yo no tengo de esas cosas.
También se ha muerto uno que hacía reír mucho, y se ha muerto de tristeza, lo que son las cosas. Se llamaba Robin, que es nombre de justiciero: el tío disparaba flechas de burlas desde las películas y las obras de teatro contra la gente que solo trae a los que son de los suyos.
A mí siempre me ha gustado más la gente que hace reír, aunque no tengo nada contra el pobre cura (contra los que lo han traído, sí, contra esos lo tengo todo)