Una de las escasísimas ventajas que tiene la incultura es que, desconociendo casi todo, estás expuesto a que la belleza te coja por sopresa, te posea y te deslumbre. Una muestra es este poema de Nazim Hikmet, autor turco del que, para variar, no había oído hablar en mi vida, sin saber si me arrepiento o no. Mil gracias a Felipe Zapico Alonso y Gsús Bonilla, poetas.
MI ENTIERRO
¿Mi entierro saldrá de nuestro patio?
¿Cómo vais a bajarme del tercer piso?
El ataúd no cabe en el ascensor
Y las escaleras son demasiado estrechas.
Tal vez el patio esté inundado de sol y haya palomas
Tal vez nieve en medio de los gritos de los niños
Tal vez llueva y esté mojado el asfalto.
Y como siempre los cubos de basura estarán en el patio.
Si como acostumbran aquí me suben al furgón con la cara descubierta
Puede caerme algo de una paloma en la frente: trae suerte.
Venga o no una banda de música habrá niños a mi lado
Los niños siempre sienten curiosidad por los muertos.
La ventana de nuestra cocina me seguirá con la mirada.
Nuestro balcón me acompañará con la ropa tendida.
No podéis saber lo feliz que he sido en este patio.
Vecinos míos a todos os deseo una larga vida...
(Moscú, abril de 1963)
Nazim Hikmet, en "Últimos poemas 1959-1960-1961". Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2000. Trad. de Fernando Gª Burillo