Mis errores me han moldeado y
puedo reconocerme en ellos como
en un espejo Y
me arrepiento de todos No siento por
ninguno el menor afecto
Me arrepiento
ante Dios Padre los Santos Apóstoles
el obispo de Roma
los malnacidos las prostitutas
el juez de instrucción y el
cabo de la Guardia Civil El más amable
de todos
ellos El único que no me juzga Huiré a
la hondura del bosque la humedad
de la niebla serpenteando entre los
árboles la piedad de las ermitas
Cuando me encuentren quiero que digan
Aquí yace un silente