Mientras se empieza a hablar de un segundo rescate a España, que tampoco merece la atención del presidente, en el Congreso se debatía, a propuesta del PP de Valencia, sobre la prohibición de pitar al himno nacional en " eventos deportivos". Después de marear la perdiz durante un buen rato, el PP retira su propia moción, supongo que con el objetivo de evitar otro tipo de debates, por ejemplo: la actitud del presidente del Gobierno durante toda la semana anterior, coronada con un lamentable viaje a Polonia, porque la selección lo merece.
Todo esto no pasaría de ser uno de esos desagradables episodios que provocan vergüenza ajena, a los que tan acostumbrados nos tiene la derecha de este país ( en ella incluyo a la dirección y aparato del PSOE, a UPyD, a CiU y al PNV) Pero resulta que, a los que mandan de verdad, no les han sentado nada bien las chulerías de Mariano y compañía, chulerías de esas que en Europa hacen pagar sin miramientos. Se lo podemos preguntar a Berlusconi.
Siento hartazgo de este país, de su clase política inepta y corrupta. Ya sé que no sirve de nada, pero hago público mi cabreo, que al menos me alivia. Cómo entiendo a Sánchez-Ferlosio.