Se ha ido Ana María Moix, escritora y editora que vivió los años dorados de la "gauche divine", ese grupo de hijos de la alta burguesía catalana que buscó el desmarque del entorno sociopolítico a través de la cultura, el arte y una vida personal muy alejada de los cánones establecidos por el régimen.
Moix, durante años la hermana de Terenci y nada más, fue una más que notable poeta, narradora, periodista y, sin duda, una de las mejores editoras españolas. Formó parte de los Novísimos de Castellet.
También deben contarse en su haber el impulso al llamado "boom" de escritores latinoamericanos (Vargas Llosa, García Márquez, Cortázar, Fuentes, Paz, etc.) que se pasearon por Barcelona de la mano de Moix y de Carmen Balcells.
Pese a su estatura literaria, dedicó buena parte de su tiempo a reivindicar la obra de su hermano Terenci, al que estaba muy unida.
Con la Nena, como todavía era conocida, se arranca otro jirón de la Barcelona mítica de los sesenta y setenta, pija y mirándose al ombligo más de la cuenta, cierto, pero con una curiosidad insaciable por todo lo que venía de fuera.
Descanse en paz.