A veces, al cruzarme con un grupo de preadolescentes, hay uno que va como aislado, con cara de no saber donde meterse - y, generalmente, es así-, rara vez habla con las chicas, rara vez está en el centro de la diversión. Cuando eso pasa no puedo evitar una mirada de afecto y pienso: " Algún día te liberará la poesía".