Podrá contemplar las olas que se forman en la hermosa bahía de la Concha, sentado en un cómodo sillón dotado de todos los avances ergonómicos. El cielo gris, la música adecuada, un vino dulce, una caja de marron glacé...
Mientras deleita el paladar, el veneno que una camarera de hermosos ojos verdes ha vertido en su copa, comenzará a hacer efecto. En unos pocos minutos, usted habrá dejado de preocuparse por los pequeños problemas de la vida.
La orquesta no dará por concluida la actuación, hasta finalizar la pieza que usted ha escogido. Nos permitimos sugerirle alguna pieza de Mahler - la Quinta Sinfonía, por ejemplo-.