La última carta de amor
que me enviaste
la escribió Spiderman por ti
y eso se nota, claro.
Mis huesos los sabían,
no eran tus versos
y al preguntarle a Spiderman
éste se echó a llorar.
La última carta de amor
que me enviaste
no era mentira
sólo no era tuya.
Ahora observo la esquina
del techo de mi habitación,
en ella cada noche
Spiderman escribe cartas de amor
cabeza abajo
y quedan siempre emborronadas
por sus lágrimas.
Spiderman siempre perdido
en la oscuridad de la ciudad
y sus lágrimas regando
las plantas de los balcones.
Spiderman escribe para
todos los amantes
en soledad
para proteger las esperanzas.
Spiderman muriendo
en cada uno de sus saltos
en cada una de sus lágrimas
y sin embargo siempre inmortal,
él nunca envejece,
ni morirá
y cada día
sus lágrimas
flotarán de nuevo
sobre la ciudad
y alguno de nosotros
volverá a leer sus cartas de amor.
Spiderman sobrevuela la ciudad
y esparce palabras de amor
que salen de sus muñecas.