“Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo del dentífrico. Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.”
Este es uno de los fragmentos más conocidos, hermosos y ciertos de Rayuela ( al menos, me gustaría pensar que es así) Yo lo he recordado al verlo citado en una entrevista a la joven y bellísima actriz Elisa Mouliaá, protagonista de esa cosa que se llama Águila Roja.
Me ha sorprendido que una de estas muchachas que pueblan las series televisivas tenga en la memoria Rayuela - confieso que mis prejuicios y prevenciones hacia esa estirpe de "intérpretes", son grandes y tercos-.
Hace tiempo que el oficio de actor se ha confiado a rostros atractivos sin ningún tipo de talento ni preparación. En este sentido, recuerdo declaraciones del protagonista de una exitosa serie, emitida por una cadena privada, sobre un pintoresco grupo de policías, que afirmaba sin rubor y entre las carcajadas de sus admiradoras, lo poco que le interesaban los libros y el cine pureta*.
Es una pena que la herencia de tantos cómicos extraordinarios haya quedado reducida a según qué y quién. Tal vez estábamos, sin saberlo, a la espera de la hermosa Elisa, redentora junto con las verdaderas actrices y actores que siguen luchando por la cultura desde el casi-anonimato. El último brindis de estas fiestas va por ellos.
*pureta: expresión despectiva o coloquial que sirve para referirse a una persona anciana o a algo viejo.