Ha fallecido Miguel Narros, uno de los mejores directores teatrales de Europa al que, incomprensiblemente, le dio por nacer y trabajar en España. Tal vez otros países soportarían mejor la pérdida, pero no España, tan necesitada y vacía de talento, con un teatro que se arrastra a duras penas, rematado por esos "ivas" destinados a acabar con cualquier deseo de consumir cultura; algo fácil de conseguir en una sociedad alérgica a casi todo lo que no lleve su buena y rancia capa de caspa.