Tal día como hoy, hace 77 años, el capitán piloto Virgilio Leret defendió la base aérea de Melilla, de los golpistas que pretendían acabar con el gobierno legítimo de la República; cuando la desproporción de fuerzas hizo insostenible el combate, el capitán Leret rindió la base, asumiendo toda la responsabilidad de la defensa con el fin de salvaguardar la vida de sus subordinados.
El capitán Leret fue torturado - y fusilado al día siguiente-, contraviniendo todas las leyes y convenciones de la Sociedad de Naciones. También lo fueron dos alféreces que habían servido a sus órdenes en la defensa; fueron rematados todos los heridos por orden expresa del jefe de Regulares, el teniente coronel Mizzian. Las familias de los fieles a la República sufrieron todo tipo de vejaciones. El jefe de la sublevación, coronel Seguí, era amigo personal de la familia de Leret.
Virgilio Leret, el Caballero del Azul, fue ascendido a comandante, a título póstumo, por el gobierno de la República. En los último años, y gracias a un documental del navarro Mikel Donazar, este oficial se ha convertido en una auténtica referencia para todos los republicanos españoles.
