Siento resorte ser,
siento agonía.
Siento mi cierta humanidad
junto a tus meses.
Y repito tu nombre o yo descolorido.
O yo me simbolizo entre metales.
O yo soy ese cuerpo que te embriaga.
Sucede que hallo apenas
no cosas qué decirte,
sino cómo decirte que te espero,
que de mis piedras eres veta,
quede mi pie junto a tu huella.
Pero cómo decirte es que no encuentro.
Pero cómo decirte así, sin más:
tuércete en mí como bejuco.
Siento dejarte.
Siento que te dejo.
Y al despedirme,
algo de mí se va,
algo de mí se queda
adentro de mis huesos.
Siento tu danza.
Siento tu guerra así con el espacio.
Y desvanezco sueños.
Y piso realidades.
Y trémula tú,
tremolo vientos aurorales.
¡Ve mi relámpago fijo de obsidiana:
he de venir a hincarlo hasta tu suelo!
«General, vigile a su hija: ha intentado sentarse sobre mis rodillas cuando yo aún estaba de pie». Phillip Marlowe.
sábado, 30 de enero de 2016
martes, 26 de enero de 2016
Youth (Paolo Sorrentino - 2015)
No tengo muchas oportunidades para ir al cine a una buena hora, una buena sala y con una buena compañía, así que ayer estaba realmente feliz. Todo apuntaba a dos horas inolvidables con Sorrentino hasta que empezó la película.
Youth es pedante, deslavazada, demasiado larga y realizada pensando en el elogio de la crítica francesa, tan proclive a encumbrar cineastas "diferentes" en "su" festival, Cannes, del que Sorrentino es asiduo. El italiano está muy lejos de La grande bellezza o su excelente Il divo, que apuntaban a un "risorgimento", si se me permite decirlo, del cine italiano, inmerso en una larguísima crisis creativa desde finales de los sesenta. La obra tiene algunos momentos brillantes, propios del gran director que en algún momento ha demostrado ser Sorrentino, y una historia llena de personajes irrelevantes, desde el actor en crisis a la miss o la propia hija de uno de los protagonistas. No es la primera vez que un gran director comete el error de pensar que un guion plagado de escenas referidas al paso del tiempo, la vejez, la juventud o el sexo y la muerte da como resultado una obra maestra. Craso error que pagamos los de siempre.
Quedo a la espera de una nueva ocasión para ver una película a la altura de las mejores o, en otro caso, el anuncio de una retirada temporal del director. Para meditar.
miércoles, 13 de enero de 2016
Poesía - Jorge Arbenz
Era hermosa
Les gustaban las luces
la mujer con dos hijos
la conoció a través
de unos amigos aunque eso
no tiene importancia
Se querían regularmente
Casi todos los días A veces
menos o nada
no tiene importancia
Se querían regularmente
Casi todos los días A veces
menos o nada
Cantaban villancicos que a él
le parecían alegres como todo en
esa familia sin obligaciones
esa familia sin obligaciones
Les gustaban las luces
de los comercios
de las calles o
comprar regalos Sonreír
a los vecinos
Un día Javier
el pequeño
le llamó Papá y no volvió a verlos
nunca más
Se acabaron las canciones
los paseos los juegos de
mesa para calmar las tardes
Y
Y
la doble vida que
le sostenía con la firmeza
propia de las mentiras
Suscribirse a:
Entradas (Atom)