lunes, 19 de mayo de 2014

La entrevista.

La entrevista a Pepe Mujica que La Sexta emitió ayer domingo, sirvió para confirmar que Évole es un pésimo periodista, atrapado en su personaje de chaval enrollado y un poco inocentón que acaba poniendo en aprietos a todo el mundo, pero sin querer. Por supuesto, la realidad latinoamericana, se reduce a las acciones de personas concretas, nunca tiene relación con un sistema económico, con unas circunstancias políticas, etc. Después de la emisión escribió:"Y es de izquierdas. Y hace autocrítica. Y no pasa nada. MUJICA. #unPresidenteDiferente". Algo así solo puede escribirlo alguien que cree que "ser de izquierdas o derechas, en el siglo XXI, es una cuestión estética".

Évole no tiene ni la más remota idea de lo que habla, esa es la verdad aunque él mismo crea que es una pose; babea con Mujica y desprecia a Correa o, en su momento, a Chávez, cuando entre los tres solo hay dos diferencias: la primera es que Ecuador y Venezuela tienen grandes recursos naturales codiciados por las mismas multinacionales que controlan buena parte de los medios de comunicación occidentales, como el que le paga sus muy elevados honorarios; la segunda diferencia es que Correa y Chávez alcanzaron el poder con una edad que les hacía pensar en una larga carrera política y, en consecuencia, en la posibilidad de alcanzar sus objetivos transformadores (y digo transformadores porque sus países siguen siendo capitalistas, que no se le olvide a nadie) Mujica, una de las más grandes personalidades políticas de América Latina, alcanzó la presidencia con 75 años y no es idiota, sabe que nadie va a apoyarle en un proyecto político a largo plazo. Eso hace que apenas haya tocado las estructuras económicas uruguayas y su presidencia pase por el posibilismo socialdemócrata tan querido en La Sexta.

Nada de lo dicho desmerece al presidente uruguayo, un hombre que ha alcanzado el poder demasiado tarde, pero que siembra el futuro de su país con el mismo coraje de guerrillero que luchó contra dictadura militar en su país.