Gula de tu vientre satinado;
envidia de tu sudor, que
emana de ti;
avaricia de tus miradas;
ira de saberte lejos;
soberbia de que me hayas
elegido;
pereza de vivir sin ti.
Y -sobre todo-: lujuria,
lujuria abrasadora que
me hace desear la vida entera
cuando estoy contigo.