sábado, 27 de marzo de 2010

Por las calles de Barcelona

Con los primeros días de calor, se han abalanzado los turistas sobre las calles de Barcelona y resulta desagradable pasear por el centro de la ciudad.
Esta mañana he acompañado a mi madre a la óptica y me he sentido aturdido, por la cantidad de gente que se pone de acuerdo para salir, al mismo tiempo, a pasear y comprar - o a robar a los pasean y compran, para poder pasear y comprar después-.

Cuando te ven pasear con tu madre por la ciudad, pueden pensar que eres un buen tipo, pero lo más probable es que piensen que eres un pringado o, también, un cubano sin pedigrí salsero, que se ha ligado a una señora de edad avanzada para obtener el permiso de residencia. Todas las opciones pueden ser tristes o falsas, no especificaremos ahora.

Regresando a casa hemos pasado por delante de una manifestación anticastrista, frente al consulado cubano de Barcelona - situado en el Passeig de Gràcia-. Unos 150 policías rodeaban al centenar escaso de vociferantes. Barcelona es una ciudad que todavía se ve a sí misma como crisol del progresismo y no dará su apoyo al anticastrismo, hasta que el Supremo Consejo de Diseñadores, Estilistas y Bohemios Exquisitos, que gobierna la ciudad en la sombra, dé su aprobación.

Esta tarde voy a meterme un par de buenas películas de cine negro entre pecho y espalda, a ver sí consigo olvidar las cosas malas de la vida. Mañana será domingo y tocan bravas.