Hay ciertos gestos que
nos acompañan toda la vida
y nacen
de la melancolía Yo todavía me
sorprendo
a veces
llevando los dedos índice y
corazón de mi mano derecha
formando una uve
cerrada
mientras el humo de
los cigarrillos que fumé durante
tantos años
me rodea Y
los versos se esconden
entre las hojas
La lluvia se asoma
a los cristales mira dentro de
la casa
de cualquier casa
Esperando que la
ciudad despierte y
de nuevo llegue el invierno
