sábado, 17 de abril de 2010

El fascismo nuestro de cada día.



El acoso al que está siendo sometido el juez Baltasar Garzón - en la foto- por parte de grupos ultraderechistas, como la Falange o Manos Limpias, se enmarca en la ofensiva más generalizada que ha emprendido la extrema derecha para arrebatar, primero, el control del PP a los moderados de Rajoy y, después, devolver las cosas a su cauce natural, desalojando a los socialistas de La Moncloa; a ser posible, con algún ritual de humillación como el que aplicó José María Aznar a Felipe González en 1996 - negándose a ser recibido por el presidente saliente, en su entrada a la residencia del presidente del Gobierno y exigiendo la salida previa de González, del complejo gubernamental-.

Baltasar Garzón, un magistrado tecnicamente limitado y con una irrefrenable tendencia al protagonismo en los medios, se ha situado en el punto de mira de los fascistas, por su intento de llevar a los tribunales a los responsables, que pudieran quedar vivos, de la represión franquista y, además, rehabilitar el buen nombre de los represaliados.
No comparto la idealización de la figura de Garzón, pero creo que ha llegado el momento de reactivar las dormidas conciencias de la ciudadanía de este país, porque no está en peligro,sólo ,la carrera de un hombre que ,con todos sus defectos ,es un honrado servidor de la ley; lo que ahora está en peligro es el sistema democrático, también con sus defectos. Y la ciudadanía no puede quedarse en su casa, salvo que quiera ver como se pierde la oportunidad de seguir viviendo en un país, mucho mejor que el que nos aguardaría tras el triunfo de las fuerzas nada ocultas, que están detrás de iniciativas como la de enjuiciar a Baltasar Garzón.