domingo, 16 de mayo de 2010

The quiet man ( John Ford - 1952)


Esta una de las películas que ha pasado a la historia del cine. No se trata de una historia elaborada ni lleva a grandes reflexiones, pero el conjunto es una obra maestra deliciosa, que atrapa desde el primer momento.
John Ford ganó el cuarto Oscar de su carrera, con esta joya que sitúo al cine en una dimensión nueva, alejándolo de las superproducciones que absorbían el trabajo de las grandes estrellas de Hollywood.

Un boxeador norteamericano, Sean Thornton, vuelve a su pueblo natal de Irlanda -Innisfree- para dejar atrás un suceso terrible. En el pueblo conocerá a la hermosa Mary Kate Danaher, de la que se enamorará y le pedirá que se case con él. Su negativa a seguir las tradiciones de festejo, como cobrar la dote de la novia y pedir permiso para casarse al cabeza de familia a través del casamentero, le costará un enfrentamiento con Will, el hermano de Mary Kate, una de suerte cacique y matón del pueblo.
La historia está contada por el párroco de Innisfree, el padre Lonergan. El tono romántico de la historia, la belleza sin límites de los paisajes irlandeses o el brillante guión, plagado de guiños, han convertido esta película en imprescindible para cualquier amante del cine, y no sólo eso, para cualquier amante con sentido del humor.

En los papeles principales brillan John Wayne como Sean y Maureen O'Hara como Mary Kate. Los secundarios son habituales de las películas de Ford: Victor McLaglen es Will Danaher, Barry Fitzgerald bordó el papel del borrachín Michaleen Flynn y War Bond asumió el papel del padre Lonergan.

En 1990, el cineasta español José Luis Guerín ( autor también de las maravillosas " En construcción" y " Tren de sombras") dirigió un documental llamado Innisfree en los escenarios reales de la película, es decir, en la aldea de Cong del condado de Canmara; uno de los lugares más bellos de Irlanda, a decir de los irlandeses.